Maltrato Psiquico .Info
  Qué ES el Maltrato Psíquico
 

Definición de Maltrato Psíquico

 

Las Causas del Maltrato Psíquico

Los Efectos del Maltrato Psíquico

La Comunicación en el Maltrato Psíquico

La Voluntad de la Víctima

La Responsabilidad del Maltratador

Cómplice Activo y Cómplice Pasivo


En Relación al Concepto de Maltrato Psíquico

En Relación al Término "Maltrato Psíquico"

   

 

Definición de Maltrato Psíquico

Maltrato
es toda aquella conducta o conjunto de conductas que ocasionan, causan o provocan un perjuicio, daño, sufrimiento, malestar y/o perturbación en una o más personas, grupo, cultura o sociedad, o que aumentan las probabilidades de ello.

Es un tipo de Violencia que, además de ésta, suele incluir otro componente básico: La Manipulación. Uno u otro componentes tendrán mayor o menor peso o presencia, según el caso en particular de que se trate.

Existen dos tipos fundamentales de Maltrato, los cuales siempre deben considerarse íntimamente relacionados: Maltrato Físico y Maltrato Psíquico.

El Maltrato Físico es todo Maltrato caracterizado principalmente por sus manifestaciones físicas, es decir, materiales o corporales.
Ej. Violencia Doméstica, Abuso Sexual, Tortura Física, Maltrato Infantil, etc.

El Maltrato Psíquico es todo Maltrato caracterizado principalmente por sus manifestaciones psíquicas, psicológicas, mentales, morales o simbólicas, es decir, a nivel emocional (de las emociones, sensaciones y sentimientos) y/o a nivel intelectual (de la inteligencia, la cultura, la memoria, etc.).
Ej. Acoso Laboral, Acoso Sexual, Racismo, Mobbing, Manipulación de las Masas, Acoso Escolar, Maltrato Psíquico Familiar, etc.

La estrecha relación entre ambos tipos radica en que cualquiera de ellos implica una elevada probabilidad de transformarse en el otro, debido a que, ambos, precisamente, comparten las reglas de una misma clase o género: La Violencia y la Manipulación, es decir, el Maltrato.

Paralelamente, cualquier forma de Maltrato Psíquico o Físico también aumenta las probabilidades de -o directamente causa- muchos otros tipos de problemáticas o perjuicios: económicos, de la salud física, de la salud mental, políticos, laborales, escolares, guerras, hambre, terrorismo, limpiezas étnicas, etc., siempre según el ámbito o contexto en que sucedan: personal, grupal o masivo.

Por otra parte, independientemente de cualquier clase o tipo de definición científica o formal, debe destacarse que el Maltrato Psíquico es perfectamente conocido desde antaño en las sociedades en general -y en los muy diversos círculos de poder en particular- por medio de muchos nombres que lo describen en mayor o menor medida según diferentes contextos y criterios, nombres que recién en los últimos tiempos comienzan a utilizarse con mayor frecuencia y a resultar más familiares, siendo algunos de ellos, incluso, completamente nuevos:

Maltrato Psicológico

Malos Tratos Psíquicos o Psicológicos

Maltrato Emocional

Maltrato Mental

Abuso Emocional

Mobbing, Acoso Laboral o Psicoterror Laboral

Mobbing Inmobiliario

Violencia Verbal

Violencia Psíquica

Acoso Escolar

Bullying

Acoso Moral

Daño Moral o Daños Morales,
Daños y Perjuicios,
Amenazas, etc.
(Términos Jurídicos)

Acoso Sexual

Chantaje Emocional

Violación Psicológica

Inducción a la Depresión

Inducción al Suicidio

Discriminación

Extorsión

Machismo

Sexismo

Racismo

Lavado de Cerebro

Discurso Perverso

Tortura Psicológica

Guerra Psicológica

Desinformación

Sobreinformación

Demagogia

Manipulación de las Masas

Manipulación de los Medios de Comunicación

Terrorismo

Terrorismo Informativo

Por otra parte, la sociedad también comienza tímidamente a diferenciar el Maltrato Psíquico del Maltrato Físico, estrechamente unido o asociado al primero, por lo que también resulta esencial recordar algunos de los nombres bajo los que se menciona al segundo:

Violencia Doméstica

Violencia de Género

Maltrato Infantil

Abuso de Menores

Abuso Sexual

Maltrato

Malos Tratos

Malos Tratos Físicos

Secuestro

Violación

Tortura

Guerra

Terrorismo

El Maltrato Físico siempre se halla acompañado de Maltrato Psíquico en diferentes grados. El Maltrato Psíquico no tiene por qué ir acompañado de Maltrato Físico, pero muy frecuentemente el primero precede y/o acompaña al segundo (es previo y/o simultáneo) llegando incluso a superarlo en gravedad y en consecuencias indeseables.

Basándonos tanto en las definiciones presentadas como en la variedad de realidades que muchos términos representan, puede inferirse que la prevalencia de Maltrato Psíquico en la población tiene que resultar significativamente más elevada que la de Maltrato Físico, sobre todo considerando que el segundo ya incluye al primero.

Las investigaciones y estudios sobre el tema amplían claramente tal diferencia: El Maltrato Psíquico constituye una realidad mucho más frecuente o habitual que el Maltrato Físico, un hecho tan cercano y conocido en la vida diaria de la gran mayoría de las personas de cualquier parte del mundo, que pasa completamente desapercibido incluso para quienes más lo padecen.

El Maltrato Psíquico constituye una realidad
de enorme
frecuencia y de enorme gravedad.

Tanto el Maltrato Psíquico como el Maltrato Físico implican además un tipo de abuso de poder, ya que ambos siempre surgen en todas aquellas relaciones humanas en las que, dada una desigualdad de condiciones o una diferenciación jerárquica -manifiestas o no-, se privilegia la posición superior de una parte para ejercer el Maltrato sobre la otra (más débil). Como tal privilegio resulta por demás extremadamente frecuente, también puede afirmarse que toda diferencia de poder incrementa notablemente las probabilidades de Maltrato.

A mayor poder,
mayor
probabilidad de Maltrato Psíquico.

El Poder permite el ejercicio de la Violencia y de la Manipulación, sin el cual éstas no serían posibles.

Sin embargo, debe tenerse en cuenta que el Maltrato Psíquico no solamente suele manifestarse en relaciones de poder claramente desiguales, sino también -aunque con menor probabilidad- en relaciones equitativas (ej. relaciones de pareja sin compromiso legal, gobiernos con similar potencial armamentístico, compañeros de trabajo o de escuela, etc.) de manera unilateral (una de las partes decide usar su poder y la otra no, pudiendo hacerlo) o bilateral (ambas partes deciden utilizarlo una contra la otra, pudiendo hacerlo, incluso, de mutuo acuerdo).

La mayor probabilidad de Maltrato no depende entonces solamente de un mayor poder de una de las partes, sino también de la simple existencia de cualquier forma de poder, sea grande o pequeña (y que puede hallarse en ambas partes o en una sola).

En otras palabras, lo que tienta es el poder en relación a otros (mayor) o el poder en sí mismo (el solo hecho de poseerlo).

Con respecto a la cantidad de involucrados en un solo caso, debe saberse que:

El Maltrato Psíquico puede darse a nivel
individual, grupal o masivo.

Una situación de Maltrato Psíquico no sólo puede afectar a una o unas pocas personas. El Maltrato Psíquico puede involucrar desde personas concretas hasta cualquier tipo de entidad, grupo, asociación o población, siempre que también representen a -o estén representados por- personas concretas (ej. empresas, gobiernos, colectivos, agrupaciones, países, etc.).

Por último, cabe destacar que:

Aunque determinadas características
psicológicas, grupales o sociales
aumentan las probabilidades,
cualquier clase o tipo de persona
puede verse involucrada en una situación
de Maltrato Psíquico,
sin distinción de raza, género, edad, cultura, status social, laboral, intelectual, económico, etc.

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Las Causas del Maltrato Psíquico

El Maltrato Psíquico es originado por complejas e innumerables causas psicológicas, sociales, morales, genéticas, económicas, históricas, culturales, etc. que interactúan con mayor o menor peso según el contexto de que se trate.

Sin embargo, tanto a nivel individual, grupal o masivo, las causas más directas del Maltrato Psíquico son tres:

((( 1 ))) Las Características Psicológicas del Maltratador.

((( 2 ))) Las Características Psicológicas de la Víctima.

((( 3 ))) El tipo y grado de Poder del Maltratador.

Las características psicológicas incluyen no sólo la personalidad, sino también la cultura del respeto que el involucrado tenga interiorizada en su mente a través de la sociedad en que vive.

A Mayor Cultura del Respeto,
Menor Probabilidad de Maltrato Psíquico.

Si el Maltratador es poseedor de una personalidad proclive a la violencia, una cultura que apruebe, tolere o incluso potencie la violencia, aumentará el riesgo de que el primero ejerza el Maltrato Psíquico, mucho más que si la rechazara.

Si la Víctima es poseedora de una personalidad vulnerable a la violencia (tendencia a la dependencia emocional y a la idealización, baja autoestima, autoculpabilización, etc.), una cultura que apruebe, tolere o incluso potencie la violencia, aumentará el riesgo de que la primera tolere el Maltrato Psíquico, mucho más que si la rechazara.

El resto de causas del Maltrato Psíquico pueden considerarse más indirectas, pero de ninguna manera de poca importancia: Factores económicos, sociales, genéticos, etc. son capaces de aumentar el riesgo de Maltrato Psíquico hasta niveles máximos.

Por otra parte, a fin de actuar eficientemente sobre las causas más influyentes, pertinentes o relevantes (dejando a un lado las más superfluas o prescindibles), siempre deberá analizarse con el mayor rigor posible cada caso en particular y actuar sobre todas aquellas que permiten ser intervenidas de la manera:

- Más Directa: sin la intervención de personas o medios que se interpongan o impliquen una distanciación entre las causas objetivamente observables y sus correspondientes soluciones aplicables. Por ejemplo, evitando medios terapéuticos que no hacen más que desviar la atención del foco más urgente del problema, centrándose en inútiles abstracciones de carácter meramente explicativo.

- Más Inmediata: sin dar lugar a largos períodos de tiempo entre la identificación del problema y la resolución del mismo. Por ejemplo, evitando sistemas legales burocráticos que impidan o retarden indefinidamente la protección cautelar de la Víctima.

- Con mínimos efectos perjudiciales para todos los involucrados: intentando de la manera más contundente posible no provocar más problemas tanto en la Víctima, como en el Maltratador, como en Terceros. Por ejemplo, sin medicamentos de efectos secundarios indeseables; sin terapias en las que la Víctima sigue sufriendo mientras se tratan otros temas pretendidamente más importantes; etc.

- Con mayor efecto a largo plazo: intentando que las soluciones aplicadas tengan un beneficio razonablemente duradero, si bien no definitivo. Por ejemplo, ayudando a que la Víctima supere su mala experiencia y vuelva a tener el control de su vida, sin volver a recaer en el mismo tipo de problema.

En otras palabras, las causas del Maltrato Psíquico deben ser intervenidas con Métodos Eficaces (directos e inmediatos) y Eficientes (con mínimos efectos perjudiciales y el mayor efecto posible a largo plazo).

En este sentido, MaltratoPsiquico.Com considera que no son soluciones eficaces ni eficientes:

- Las Soluciones Autoritarias o Superficiales: Aquellas en que la causa que más repercute en el Maltrato es simplemente ignorada, y en que se confunden las consecuencias o efectos con la misma, sobrevalorándolos y dando lugar a soluciones forzadas, paliativas o por decreto que disfrazan u ocultan las verdaderas fuentes del problema con una aparente disolución del mismo. Por ejemplo, los sistemas educativos autoritarios; los gobiernos -declaradamente o no- dictatoriales u autoritarios; el uso indiscriminado de psicofármacos y otros medicamentos; el bombardeo de poblaciones; el insulto; las humillaciones; las palizas; etc. (En definitiva, las soluciones autoritarias no son más que otro tipo de Maltrato Psíquico y Físico).

- Las Soluciones Suspicaces o Profundas: Aquellas en que la causa que más repercute en el Maltrato es también ignorada, pero en que además se confunden otras causas con la principal, sobrevalorándolas y dando lugar a soluciones postergativas, o directamente evitando cualquier tipo de solución concreta e inmediata, basándose en la fe, el azar, la esperanza, la superstición, teorías no científicas, idealistas o de corte intelectualista, o basándose en la simple creencia (en lugar de basarse en medios y resultados directos y comprobables). Por ejemplo: el uso de rituales, sacrificios o adivinaciones de cualquier clase o tipo; el uso de métodos, medios o técnicas que sobrevaloran la teoría o la imaginación muy por encima de la práctica o la realidad; los sistemas legales alarmantemente condescendientes con los perjuicios de la Víctima y descaradamente generosos con los derechos del Maltratador (aunque éste sólo sea "presunto"); etc.

Ambos tipos de soluciones -además de burdas fórmulas o simplificaciones- constituyen lo que se conoce como "Soluciones Mágicas": Aquellas en las que sus resultados dependen de intervenciones completa o marcadamente alejadas de las verdaderas causas del problema en cuestión (en este caso, el Maltrato) y que, por este mismo motivo, implican soluciones que no sólo no suelen funcionar, sino que muy a menudo acaban generando problemas aún más graves que el original. Curiosamente, es habitual que sus instigadores las propongan como panacea para casi todos los problemas de la vida, lo que denota la misma burda simplificación de lo que ésta significa en todos sus matices.

En definitiva, demasiadas veces se buscan soluciones, o bien demasiado fáciles o simplistas, o bien demasiado difíciles o complicadas, debido a que se cree que los problemas también lo son (otras veces, simplemente por puro cinismo).

Puntualizado esto, valga aclarar que algunas de las causas más abstractas o alejadas de la realidad de la Víctima también pueden poseer su importancia específica, pero sólo deberían ser consideradas en una segunda etapa de la aplicación de soluciones contra el Maltrato, por dos razones:

- Salvaguardar al máximo posible la integridad psíquica y física de todos los involucrados.

- Asegurar al máximo posible una notable y comprobable reducción del problema.

Lamentablemente, hoy día, para muchos profesionales estas razones, en comparación con sus teorías y puntos de vista, todavía parecen resultar demasiado superficiales, secundarias o carentes de importancia como para ser tomadas en serio.

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Los Efectos del Maltrato Psíquico

Toda situación de Maltrato Psíquico mínimamente intensa o prolongada provoca como efecto lógico y consecuente una serie de daños psíquicos y/o físicos de diferentes niveles de gravedad, como reflejo de la exposición a una
estructura causal enferma y agresora en la que cualquier persona sana y/o normal se halla incapacitada para defenderse sin resultar notable o substancialmente afectada.

Asimismo, debe advertirse que la presencia o existencia de los efectos del Maltrato Psíquico está indicada fundamentalmente por la situación que el Maltratador impone, y no solamente por las reacciones relativamente subjetivas de la Víctima, reacciones que pueden variar marcadamente en cada caso. Recuérdese que las leyes generales de la Justicia no sólo contemplan los daños y perjuicios (es decir, los efectos), sino también la acción en sí misma e incluso la intencionalidad (es decir, las causas).

El grado y tipo de reacción, afectación, susceptibilidad, sensibilidad y/o resentimiento de la Víctima
frente a las acciones del
Maltratador
son completa y terminantemente irrelevantes
a fines de la corroboración de Maltrato Psíquico.

Todo Maltrato Psíquico -y Físico- tiene como consecuencia innegable, comprobable y necesaria un conjunto de efectos o reacciones psíquicas y físicas naturales en todo ser humano mental y físicamente sano, pero que pueden transformarse en efectos de extrema gravedad física y mental, lo que a su vez derivará en la aparición de otros problemas (económicos, sociales, laborales, escolares, sexuales, etc.)

Entre los Efectos Psíquicos, hallamos dos grandes grupos:

((( 1 )))

Los sentimientos, las sensaciones y las emociones que toda Víctima de Maltrato Psíquico -y Físico- manifiesta, los cuales siempre implican una desagradable y profunda sensación general y recurrente de sentirse:

· mal · humillada · agobiada · estresada · atormentada · acosada · maltratada

· agredida · amenazada · perturbada · con impotencia · triste · dolida · apática

· amargada · deprimida · tensionada · herida · molesta · enferma · despreciada

· angustiada · irritable · al límite · sin esperanzas · acabada · abatida · infravalorada

· insultada · confundida · desilusionada · al borde del suicidio · infeliz · destruída

· desquiciada · trastornada · desorientada · perturbada · consternada · desesperada

· perdida · ofendida · perjudicada · engañada · chantajeada · afligida · denigrada

· asustada · alterada · aterrorizada · inútil · mortificada · perseguida · agredida

· de mal humor · anulada · desacreditada · desprestigiada · estigmatizada

· culpable · degradada · rebajada · cansada · fatigada · frágil · decaída · agotada

· con los nervios destrozados · al borde de la locura · con baja autoestima · ETC.

Todos estos conocidos efectos del Maltrato Psíquico siempre han sido subestimados o menospreciados en su importancia por la sociedad -incluso por las mismas Víctimas- debido a su aparente carencia de sentido práctico, funcional o material. Muy por el contrario, debe saberse que los sentimientos, las sensaciones y las emociones de las personas poseen un sentido altamente práctico, funcional y material, que va más allá de la mera felicidad o bienestar personal, y que consiste en la natural disponibilidad de eficaces alarmas previas a la generación de muchos otros graves efectos del Maltrato Psíquico (como puede leerse a continuación).

((( 2 )))

Los Trastornos Psíquicos de la Salud de diferentes grados de gravedad, no siempre presentes, pero sí extraordinariamente frecuentes en toda Víctima,
e íntimamente derivados del Maltrato.

Estos surgirán toda vez que los sentimientos, sensaciones y emociones que la Víctima dispone a modo de alarmas o señales que indican que algo va mal, hayan sido pasados por alto o no se les haya prestado una atención adecuada (eficaz y eficiente). Podemos encontrar una extensísima variedad de Trastornos Psíquicos: desde leves alteraciones del sueño hasta graves psicosis paranoides, adicciones, etc., pero su aparición dependerá de cada caso en particular.

MaltratoPsiquico.Com considera que la gran mayoría de Trastornos Psíquicos o Mentales, Problemas Psicológicos y Problemas Humanos en General son Efecto Directo del Maltrato Psíquico, sea en su origen o en su mantenimiento.

En cuanto a los Efectos Físicos, también podemos hallar dos grandes grupos:

((( 1 )))

Trastornos Físicos de la Salud

Debe saberse que a corto o largo plazo, el Maltrato Psíquico no sólo eleva el riesgo de serios efectos psíquicos, sino también de serios trastornos de carácter físico, es decir, de la salud en el sentido tradicional. Son ejemplos típicos el estrés, las úlceras estomacales, los dolores de cabeza, las alteraciones de la presión arterial, etc., pero también puede llegarse a favorecer la aparición de problemas de salud mucho más graves, como problemas cardíacos, abortos espontáneos (pero inducidos), cáncer, etc.

((( 2 )))

El Maltrato Físico

Cabe alertar muy seriamente que -para la gran mayoría de los casos- el pasaje de Maltrato Psíquico a cualquier clase de Maltrato Físico es altamente probable, especialmente cuando confluyen Tres Factores de Riesgo:

- El elevado nivel de tensión y frustración generado en la Víctima, que puede llevar al Maltratador a utilizarlo como falsa justificación, para dar comienzo al uso de la Violencia Física.

- El elevado nivel de tensión y frustración propio del Maltratador, progresivamente incrementado y retroalimentado a lo largo del tiempo, que puede llevarle a estallar y actuar de manera comprensible pero injustificadamente violenta.

- El elevado nivel de indefensión psíquica, física, legal, verbal, intelectual, etc. de la Víctima, que puede ser utilizado por el Maltratador como vía impune para dar comienzo al uso de la Violencia Física. Es decir, el tipo y grado de Poder del Maltratador sobre la Víctima.

El Maltratador puede llegar a mantener sola y exclusivamente el Maltrato puramente Psíquico todo lo que la convivencia o relación con su Víctima se prolongue (incluso toda una vida). Mientras se mantenga sólo un Maltrato Psíquico Puro, el Maltratador únicamente se valdrá del mundo físico o material para agredir o maltratar de manera simbólica, es decir, con actos que representen un significado perjudicial para la Víctima, y no para agredirle físicamente.

Sin embargo, aunque del Maltrato Psíquico en sí no tiene por qué surgir el Maltrato Físico, debe tenerse bien claro que existe un elevado riesgo a que el segundo se sume al primero en aquellos casos donde éste sea más intenso y más reiterado, y, especialmente, en aquellos casos donde tal conducta resulte menos reprobable social y/o legalmente.

Durante las etapas iniciales de cualquier tipo de relación humana, es natural que la posibilidad de cualquier tipo de Maltrato pase desapercibida, dado el mutuo desconocimiento entre las partes. Sin embargo, siempre debe recordarse que la gran mayoría de los casos de Maltrato Físico comienzan bajo la forma aparentemente menos grave de Maltrato Psíquico.

Si bien puede resultar difícil predecir si un determinado Maltrato Psíquico realmente acabará derivarando en Maltrato Físico, la posible Víctima -e idealmente quienes conozcan su situación- deberá tomar serias medidas preventivas antes de que sea demasiado tarde.

Cuántas acciones de tipo amenazador, denigrante, de desprecio, etc. estará dispuesta a soportar una Víctima dependerá de cada caso, pero como mínimo ésta deberá considerar las mismas como serios avisos o indicadores de un elevado riesgo de pasaje al Maltrato Físico.

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La Comunicación en el Maltrato Psíquico

En el Maltrato Psíquico se observa
un tipo de comunicación de carácter patológico, disfuncional o enfermizo, comunicación entendida como un conjunto de pautas que interactúan a tres niveles:

(1) Verbal: Palabras, frases, conversaciones, comentarios y discusiones que implican un ataque directo o indirecto a una o más de las personas implicadas. Es el Qué se dice.

(2) No verbal: Gestos, caras, pronunciaciones, tono o volumen de voz, movimientos corporales, actos pasivos, omisiones, Maltrato Físico, etc. que implican un ataque directo o indirecto a una o más de las personas implicadas. Es el Cómo se dice.

(3) Contextual: Es el espacio físico y temporal en el que interactúan el nivel verbal y el nivel no verbal. Es decir, es el Lugar y el Momento en que sucede la comunicación.

Contrariamente a lo que socialmente se cree, el nivel No Verbal y el Contextual representan un porcentaje muy superior en cuanto a la comunicación entre las personas y en cuanto a los significados surgidos entre ellas, lo que explica la habitual ineficacia al momento de esclarecer problemas de comunicación por insistirse solamente en el nivel Verbal, actitud que todo Maltratador hábilmente tratará de mantener para que todo siga a su favor.

Todo aquello acerca de lo que no se habla, todo aquello que no se negocia o discute, todo aquello de lo cual se hace como si no existiera, puede y suele tener un efecto mucho más devastador que las acaloradas e interminables discusiones y enfrentamientos acumuladas a través de años de verdadero infierno, y en el Maltrato Psíquico el Maltratador intentará por todos los medios de que todo siga así debido a tres motivos:

      • Porque la comunicación disfuncional le permite mantenerse en el poder.
      • Porque la comunicación disfuncional le permite seguir maltratando.
      • Porque la comunicación disfuncional no le hiere o perjudica a él de manera directa.

Si no se dialoga acerca de lo que hay que dialogar, acerca de los verdaderos problemas en común y de las posibles soluciones para esos problemas y no para otros, el mensaje que queda establecido es "Adelante, que todo siga así, que siga ese problema", perpetuándose las pautas negativas o comportamientos patológicos habituales, es decir, el Maltrato Psíquico.

Cabe destacar que suele confundirse y/o justificarse el Maltrato Psíquico argumentándose que determinada relación es "difícil " o "apasionada", o argumentándose que en determinada relación existe "una mala comunicación", o que "no hay comunicación" directamente.

En toda relación existe comunicación, por más "ruidosa" o "silenciosa" que pueda parecer. El intercambio verbal y no verbal es inevitable entre dos personas en convivencia. La vida en común hace indispensable comunicarse, aunque sea de la manera más tosca, burda y silenciosa posible.

Por otra parte, como a simple vista una comunicación disfuncional resulta así en todas las partes involucradas, tanto Víctima como Maltratador pueden parecer afectados por igual incluso a ojos profesionales.

El mismo Maltratador puede parecer fuertemente afectado o perjudicado, pero de hecho ello sólo suele ser real en un sentido: El de una situación o relación enfermiza que al fin y al cabo no es satisfactoria ni para el mismo que la impone, y de la cual ni él mismo puede escapar (porque no quiere y porque no está mentalmente capacitado siquiera considerar otras alternativas).

Además, la resistencia que la Víctima puede oponer, más una relación carente de aspectos positivos básicos, imposibilitan que cualquier tipo de Maltrato resulte satisfactoria aún para el más despiadado de los maltratadores. Sí le puede resultar por momentos placentera (al descargar su furia), sí que puede no sentir ninguna lástima o sentimiento desagradable por su Víctima, pero jamás le resultará satisfactoria en el pleno sentido de la palabra, y mucho menos feliz (también en otro sentido muy diferente al que el Maltratador suele tener acerca de la felicidad).

Tanto el profesional como la persona que desee realizar un análisis o un diagnóstico mínimamente acertado de una situación de Maltrato Psíquico deberán observar minuciosamente dichos niveles comunicacionales, así como -posteriormente- actuar con suma precisión sobre los mismos, si se pretende lograr algún éxito terapéutico.

Por otra parte, también deberá trascenderse lo comunicacional e irse más allá intentando revelar qué genera y sustenta la comunicación presente.

Aunque en una etapa avanzada de Maltrato Psíquico la comunicación disfuncional puede llegar a sustentarse por sí sola -sin necesidad de una actitud especial por parte de los involucrados- en la gran mayoría de los casos podrá descubrirse un Maltratador que ha provocado los enfrentamientos y acusaciones actuales, y que sólo necesita "azuzar un poco el fuego" para seguir manteniendo a la Víctima a su entera disposición.

El Maltratador siempre hará lo posible por encubrir sus acciones o por darles a éstas un significado conveniente para él o incluso positivo, posicionándose él mismo como Víctima, y posicionando incluso a la Víctima como Maltratador (para razonable, natural y profunda indignación de la misma).

En el Maltrato Psíquico las normas básicas de convivencia -tales como el Respeto, la Comprensión y el Diálogo- están ausentes o deterioradas, lo que dificulta o imposibilita una relación interpersonal sana, equitativa y de beneficio mutuo. El Maltratador impondrá sus propias reglas de juego -por supuesto siempre a su favor- asegurándose de que, haga lo que haga la Víctima, él siempre acabe ganando, es decir, provocándole sufrimiento a ésta y obteniendo algún tipo de beneficio de personal importancia.

Es natural que, en consecuencia, la misma Víctima suela reaccionar a los ataques y provocaciones del Maltratador de una manera aproximadamente proporcional, cayendo en un característico círculo vicioso de ataques y contra-ataques, acusaciones y contra-acusaciones, frente a los cuales la discriminación o diferenciación entre Víctima y Maltratador llega a resultar virtualmente imposible incluso para terceros expertos (pretendidamente expertos).

Queda claro entonces que tales apariencias no significan en absoluto que el Maltrato Psíquico no se halle realmente presente en una relación dada, y que por lo tanto no existan un Maltratador y una Víctima claramente diferenciables.

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La Voluntad de la Víctima

En el Maltrato Psíquico existe una
Víctima que es directa o indirectamente afectada en sus sentimientos, en su autoestima, en su identidad o en su bienestar psíquico por un Maltratador, en un tipo de relación, o bien no deseada por la primera, o que en última instancia percibe o intenta justificar como "inevitable", "irremediable", "temporal" o -incluso- "normal".

Se considera que existe Maltrato Psíquico independientemente de la voluntad, aceptación o deseo por parte de la Víctima de mantener o consentir su relación con el Maltratador.

La decisión o elección por parte de la Víctima de convivir con el Maltratador o de mantener su relación con el mismo, así como todo aquello que motive dicha decisión o elección, no excluye de ninguna manera la presencia efectiva de Maltrato Psíquico, como tampoco lo excluye el que la Víctima no exprese o resulte incapaz de expresar -o mucho menos de demostrar- adecuadamente su malestar al Maltratador y/o a Terceros (Familiares, Vecinos, Compañeros de Trabajo, Amigos, Profesionales, etc.)

Es muy frecuente que se atribuya a la propia Víctima la causa de su sufrimiento e, incluso, la causa del Maltrato en general, atribuyéndole motivaciones que poco o nada se relacionan con el origen del problema y que en realidad sólo apuntan a desviar la atención del mismo.

Tal actitud es bien conocida en el ámbito del Maltrato Físico, donde a las mujeres violentamente agredidas suele llegárseles a reprochar una indefinida e indemostrable responsabilidad de los actos de su agresor, especialmente cuando la misma considera o ha considerado adecuado mantener la convivencia con el mismo.

En definitiva, la Víctima es juzgada o acusada por el Maltratador y/o Terceros en base a dos circunstancias habituales:

(1) Cualquier circunstancia -real o no- que le beneficie, la cual será utilizada para presuponer que la Víctima desea mantener la convivencia con el Maltratador y, por lo tanto, para presuponer que es culpable de su propio sufrimiento o, incluso, merecedora del mismo.

(2) Cualquier defecto personal -real o no- que supuestamente le lleve a desear mantener dicha convivencia.

Por supuesto, cualquier circunstancia, virtud o defecto de la Víctima suelen ser también irracionalmente utilizadas para justificar el Maltrato, siempre que al Maltratador y/o a Terceros les permitan evitar un compromiso, evitar quedar en evidencia o que quede patente su parte de responsabilidad en el problema.

Además de que tales presuposiciones suelen carecer por completo de fundamento, el núcleo del error se centra en el uso que se hace de los mismos, es decir, en el notable contraste con las circunstancias, virtudes y/o defectos del posible Maltratador, así como en el contraste con otros indicadores que evidencian las verdaderas causas del problema (mucho más relacionados con el Maltratador que con la Víctima).

Ejemplos Clásicos:

((( A ))) Es habitual que si la Víctima expresa su situación de Maltrato, o incluso su deseo de abandonar al Maltratador, éste o Terceros acusen a la primera de "Egoísmo Económico": "No tienes suficiente con mi / su dinero, y por eso te quejas", "No valoras lo que tienes / tenías", "Deberías sentirte agradecido/a", etc.

El posible defecto de ser egoísta y la posible circunstancia de necesitar dinero aúnan sendos aspectos mencionados en una sola acusación, lo que además suele dar pie para reforzar otras de diferente tipo: "Eres demasiado susceptible / sensible"; "Tú te lo has buscado"; "Haberte ido antes", "No te hubieras casado", etc.

Si la misma Víctima -por el contrario- decide mantener la convivencia con el Maltratador, curiosamente es habitual que también se le acuse de las mismas motivaciones, e incluso se le inste a abandonarle, por lo que queda claramente demostrado que, haga lo que haga la Víctima, los hechos siempre pueden ser utilizados no con la finalidad de intentar esclarecer la verdad, apoyar a la Víctima y hallar las verdaderas causas del Maltrato, sino, más bien y todo lo contrario, con la finalidad de demostrar la culpabilidad de la Víctima y la inocencia del Maltratador (reforzando una vez más el sufrimiento de la misma).

((( B ))) También es habitual que si la Víctima expresa su situación de Maltrato, el Maltratador y/o Terceros la juzguen o acusen de "una voluntad de ser maltratada" o "voluntad masoquista": "Tú te lo has buscado"; "Ya sabías cómo era: ¿Para qué te casaste?"; "No haberte casado", "¿Por qué no te marchaste / lo dejaste antes?"; "¡Si en realidad te gusta que él / ella te haga sufrir!".

Si bien es una verdad diariamente demostrada que existe un elevado porcentaje de personas que se relaciona con otras personas que -en mayor o menor grado- acabarán provocándoles algún sufrimiento, ello es radicalmente diferente a afirmar que las primeras buscan o han buscado activa o conscientemente ese sufrimiento, y radicalmente diferente a afirmar que lo merecen o que incluso les gusta.

La falsedad y la grave inadecuación de tales culpabilizaciones deberían quedar bien claras tanto a toda Víctima como a la sociedad en general, a fin de no perpetuar la impunidad de los Maltratadores -Psíquicos y/o Físicos-, un verdadero cáncer social.

Frente a un análisis serio, las desviaciones del verdadero foco del problema se revelan por sí solas debido a la falsedad y/o a la excesiva valoración de tales defectos y circunstancias, y a la evidente contradicción entre los mismos.

Resulta especialmente lamentable que la propia Víctima, al decidirse a expresar su sufrimiento y sus sentimientos a Terceros tras haber logrado mínimamente superar por sí sola y con enorme esfuerzo tales presuposiciones, se le responsabilice de ello, logrando hacerle volver a dudar de sus propias percepciones, con el natural y consecuente sentimiento de culpa y de que ella es la trastornada, loca o enferma ya que las posibles reacciones negativas de la Víctima ante tal falta de comprensión -así como ante el Maltrato del Maltratador-, son a su vez errónemante utilizadas como pruebas de "irracionalidad" de la misma, en un círculo vicioso a menudo carente de un solo y esperanzador atisbo de feliz desenlace.

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La Responsabilidad del Maltratador

La total responsabilidad del Maltrato, así como de las reacciones internas de la Víctima, no pueden ser estrictamente atribuídas al Maltratador en toda su magnitud, ya que la relación entre causa y efecto a menudo se halla determinada por la realidad de cada caso en particular (por ejemplo, lo que para una persona puede resultar sumamente humillante, para otra puede resultar una pequeña broma sin importancia alguna).

Sin embargo, será completamente atribuíble al Maltratador toda aquella acción -verbal o no verbal, directa o indirecta- que implique un ataque a la persona física (al cuerpo) o a la persona psíquica (a la autoestima, a la identidad, a la moral o a los sentimientos), sea cual sea el grado de impacto final provocado.

Por otra parte, actualmente se dispone de toda una serie de acciones escrupulosamente tipificadas y claramente reconocibles como destructivas, agresivas o violentas, por lo que resulta mucho más fácil determinar la correspondiente responsabilidad del Maltratador.

Independientemente de las características de los hechos, debe saberse que -salvo en casos muy especiales (ej. psicosis)-, el Maltratador es plenamente consciente de sus actos, siendo capaz en todo momento de tomar la decisión de llevarlas a cabo, cómo llevarlas a cabo, cuándo y -especialmente- contra quién, con total independencia de cualquier clase de posterior arrepentimiento y de petición de disculpas y enésimas segundas oportunidades. Incluso en los casos de abuso de substancias (alcoholismo, consumo de cocaína, pastillas, etc.), el Maltratador es consciente, durante los numerosos momentos previos a la ingesta de la correspondiente substancia, de las más que previsibles consecuencias de su adicción, sobre todo si ya tiene antecedentes al respecto.

El Maltratador escoge exactamente a su víctima, lo cual implica una voluntad y una capacidad de elección no debida ni al azar ni a una "agresividad incontrolable", sino a una motivación y a un proceso de pensamiento que le es propio.

El Maltratador sabe perfectamente a quién maltratar y a quién no, escogiendo siempre a una persona -o más- con un significado o importancia especiales para él, y que de una u otra manera se encuentre en una posición inferior de poder o, como mínimo, con una considerable incapacidad para defenderse. Es por esta segunda razón que se dice -con total acierto- que todo Maltratador es un cobarde: Son muy contados los Maltratadores dispuestos a correr el riesgo de salir mal parados sin contar con el amparo del anonimato, de la fuerza, de la ley, de otros Maltratadores, de otros Cómplices, etc. La verdadera inseguridad que en el fondo les caracteriza les hace depender siempre de una posición superior de poder o, como mínimo, de una clara ventaja a la que aferrarse, como condición indispensable para encontrar una Víctima propicia.

Por ejemplo, un Maltrador jamás escogerá a su jefe de trabajo como Víctima, debido al claro peligro de ser despedido. Sin embargo, si se da cuenta de la posibilidad de ejercer un chantaje, ello automáticamente anularía el peligro de despido colocándole en una posición superior de poder.

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Cómplice Activo y Cómplice Pasivo

"Cómplice Activo" o "Cómplice Por Acción" es toda persona o entidad que -sin llegar a ser la instigadora- participa o colabora activamente en un Maltrato.

"Cómplice Pasivo" o "Cómplice Por Omisión" es toda persona o entidad que -sin llegar a ser la instigadora ni a participar o colaborar activamente- sí es plenamente consciente del Maltrato pero evita hacer algo al respecto, aún disponiendo de recursos.

Todo Cómplice Activo, en definitiva, debe considerarse como un tipo más de Maltratador.

Todo Cómplice Pasivo puede considerarse un tipo de Maltratador, pero según el caso de que se trate.

En todo Maltrato Psíquico o Físico suele hallarse una o más personas o entidades conscientes en mayor o menor medida del daño que se le está provocando a la Víctima, pero cuya indiferencia, neutralidad, silencio, inacción, omisión y/o consentimiento, contribuye a reforzar o -como mínimo- permitir la continuidad y persistencia de las acciones del Maltratador. Toda Víctima de Maltrato Psíquico se halla relacionada con alguna persona (vecino, amigo, familiar, compañero, profesional, etc.) que conoce su situación, pero que no hace nada mínimamente significativo por ayudarle.

Lejos -aunque no mucho- de juzgar si tal actitud puede ser considerada moralmente aceptable o no (es decir, si debería hacerse algo en favor de impedir o esclarecer una situación de Maltrato de la que se es consciente), ello no debe desviar la atención de la realidad en sí misma, constante en las situaciones de Maltrato Psíquico y Físico.

MaltratoPsiquico.Com considera
a todo Cómplice de Maltrato Psíquico
como
un tipo más de Maltratador.

En la gran mayoría de los casos de Maltrato existe alguien que conoce la posible situación de una Víctima, y que además tiene en su poder la posibilidad de hacer algo al respecto. La actitud del Cómplice Pasivo rara vez es debida a una real carencia de recursos: Toda persona cuenta como mínimo con el recurso de la palabra, la comprensión, el diálogo, así como con la posibilidad real de solicitar o recurrir al apoyo, ayuda o colaboración de Terceros, en caso de no sentirse lo suficientemente capacitada para hacer frente al problema. Aunque en un principio no resulte instigador o iniciador del Maltrato, o que su actitud pueda deberse a una sincera falta de comprensión de la situación en la que se halla implicado -o a simple ignorancia- su elección activa de no confrontarse le convierte en Cómplice. El evitar inmiscuirse no deja de ser una elección. Por supuesto, también puede afirmarse que ninguna persona está realmente obligada a socorrer o ayudar de alguna forma a una Víctima de Maltrato, por lo que el Cómplice Pasivo tendría este atenuante y, en última instancia, todo quedaría reducido a una mera decisión moral o personal. Tal postura es legítima y aceptable, pero, en gran número de casos, nada se halla más alejado de la realidad.

La mayor motivación de cualquier clase de Cómplice normalmente consiste en que suele tratarse de una persona que por miedo, comodidad o cualquier tipo de conveniencia o interés, quiere, escoge, elige, evitar cualquier acción que le lleve a una posible confrontación con el Maltratador, y verse así perjudicada en alguna forma. A partir de cualquiera de estas motivaciones, al involucrado sólo le restan las dos alternativas que definen sendos tipos de Cómplice: participar activamente o, simplemente, hacer la vista gorda.

En muchos casos, también puede considerarse al Cómplice como una Víctima más a la que el Maltratador ha logrado implicar y confundir en las reglas de un juego emfermizo, ya que es altamente frecuente que todo Maltratador utilice o manipule a Terceros a fin de poder proseguir con el Maltrato. En otros casos, la relación entre involucrado, por una parte, y Maltratador y Víctima, por la otra, puede resultar tan lejana o indirecta que también puede considerarse como hecho perfectamente eximiente, excusable o justificable. Como sea, tales posibilidades serán una realidad a determinar en cada caso y en su correspondiente porcentaje.

En definitiva, la identificación de cómplices, más allá de estar motivada por la legítima necesidad de deslindar responsabilidades, deberá siempre hallarse dirigida a una aplicación eficiente y eficaz de medidas instrumentales contra el Maltrato, y no a simples culpabilizaciones que no lleven a ninguna parte.

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En Relación al Concepto
de Maltrato Psíquico


Dado que:

((( 1 ))) Hasta la actualidad, las dos únicas acciones identificadas por la sociedad como agresivas han sido El Insulto y La Violencia Física.

((( 2 ))) Éstas no son, ni muchísimo menos, las únicas vías de causar daño o sufrimiento a una persona.

MaltratoPsiquico.Info desea dejar especial constancia de la enorme necesidad de una elaboración y un desarrollo formales de un concepto de Maltrato Psíquico -concepto dramáticamente ausente a lo largo de toda la Historia de la Humanidad.

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En Relación al Término
"Maltrato Psíquico"


Se ha escogido el término
"Maltrato" -y no por ejemplo "Malos Tratos"-
debido a las siguientes razones:

((( 1 ))) Mantener el género de singular -y no de plural- utilizado en otros términos relacionados con esta problemática. Por ejemplo, no se dice
"Violencias Domésticas" o "Mobbings".

((( 2 ))) Además, el término "Malos Tratos Psíquicos" -o cualquier otro en plural- se ha descartado para no dejar la posibilidad de dar a entender que existen diversos "malos tratos" psíquicos, y no uno solo como concepto global o general.

((( 3 ))) Porque "Maltrato" proviene del verbo "Maltratar", pero "Malos Tratos" proviene de "Tratar Mal", lo que implicaría un tono o matiz complaciente, atenuante o incluso peyorativo de lo que es Maltratar y un verdadero Maltrato.

((( 4 ))) Para evitar las habituales equiparaciones erróneas o imprecisas de lo que representa un "Maltrato" con otros términos, como el más frecuente de "Acoso". Existen diversos términos que implican características muy similares, pero el de "Maltrato" consideramos alude a una situación más amplia, global y general que todos los demás. Por ejemplo, un Maltrato no necesariamente tiene por qué incluir un Acoso: El Acoso sería más bien un tipo de Maltrato.

Se ha escogido el término "Psíquico" como más apropiado que otros,
debido a las siguientes razones:

((( 1 ))) Su contraste con el conocido de "Maltrato Físico" (a diferencia, por ejemplo, de "Maltrato Mental").

((( 2 ))) Porque el popular término "psicológico" (para lo que sería entonces "Maltrato Psicológico") suele ser utilizado para afirmar o sugerir que las aflicciones o padecimientos de una Víctima pueden provenir de su fantasía, capricho, imaginación o propia perturbación, poniendo en duda la existencia de un Maltrato y un Maltratador como constatables realidades.

((( 3 ))) Porque el término "verbal" (para lo que sería entonces "Maltrato Verbal") no alude a lo no verbal, de fundamental importancia en todo Maltrato.

((( 4 ))) Porque el término "emocional" (para lo que sería entonces "Maltrato Emocional") no alude a todo lo no emocional que también forma parte de la mente y que es seriamente perjudicado en el Maltrato Psíquico: la Inteligencia, la Memoria, la Voluntad,
la Creatividad, las Habilidades, etc.

Por último, cabe señalar que estas consideraciones y todas las realizadas en el resto de este portal con respecto a los términos y a los conceptos, no son más que una aportación para la homogenización o estandarización científica de la temática que nos ocupa.

La gran mayoría de los términos relativos al Maltrato Psíquico en general
pueden considerarse sinónimos o perfectos equivalentes
(a menos que se trate de tipos derivados del mismo).


 

 

 

 
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