Fase de Seducción
Cuando una Víctima conoce por primera vez a su futuro Maltratador, éste no suele mostrarse como:
Un Maleducado
Un Antipático
Un Agresivo
Un Egoísta
Un Mentiroso
Un Insolente
Un Ogro
Un Imbécil
Un Pobre Indigente
Un Miserable
Un Maltratador
Muy por el contrario, cuando una Víctima conoce a su futuro Maltratador, éste sí suele mostrarse convenientemente:
Simpático
Amable
Sincero
Seductor
Generoso
Atento
Educado
Arrebatador
Respetuoso
Adulador
Bondadoso
Altruísta
Perfecto y Maravilloso
… siempre que la confianza que ha ido cultivando se lo permita y, especialmente, la que la futura Víctima le ha ido entregando.
A través de todo tipo de manipulaciones, siempre personalmente sutiles para la Víctima, el Posible Maltratador intentará:
- Convencer a la Posible Víctima de que el mismo se trata de una persona deseable, correcta y especial -es decir, de una persona digna de confianza-, y de que la misma le necesita imperiosamente.
- Generar un Sentimiento Positivo en la Posible Víctima que anule cualquier pensamiento o acción racional contrario a sus propósitos: Básicamente, generar Confianza, Amor, etc.
- Generar un Sentimiento Negativo en la Posible Víctima que anule cualquier pensamiento o acción racional contrario a sus propósitos: Básicamente, generar miedo y un fuerte Sentimiento de Culpa.
Es decir, que el Maltratador intentará manipular la razón y el corazón de la Víctima.
El proceso de "Seducción" que todo Maltratador lleva a cabo suele ir mucho más allá de un sentido meramente sexual. La seducción del Maltratrador se trata una seducción en el sentido amplio de persuasión, convencimiento, manipulación, etc. para lograr cualquier tipo de fin u objetivo, que en su caso siempre será muy diferente al sentido sano y natural que involucra a dos personas en lo sentimental o en lo sexual.
La seducción del Maltratador se trata de una seducción enferma o patológica, dado que su fin u objetivo final siempre incluye el tomar el control de la voluntad de su Víctima (tomar el poder) y el hacerle daño.
Por más obvio que parezca advertirlo, ningún Maltratador es tan tonto o ingenuo como para mostrarse de entrada tal cual es en realidad, nada más conocer a la futura Víctima, dado que ésta podría saber cómo defenderse, o podría resultar potencialmente peligrosa para él, y, en definitiva, podría sacárselo fácilmente de encima. La popular afirmación acerca de "ser uno mismo", al Maltratador le resultaría entonces una seria desventaja actuada por él (y una seria ventaja, actuada por la Víctima).
Un Maltratador no suele tener cara de "malo" ni de "psicópata", sino más bien todo lo contrario. Un Maltratador no se ve como un "ogro", tal como podría imaginarse a juzgar por su posterior conducta.
Si preguntamos a una cantidad de personas: "¿Piensa ud. que un Maltratador debe tener "Cara de Maltratador"?, la gran mayoría contestarán que no. Sin embargo, en la práctica, los hechos demuestran claramente lo contrario: La mayoría de las personas, en el fondo, creen o quieren creer que las primeras impresiones, o aquello que les atrae o seduce de otra persona, excluye por completo cualquier clase de defecto o cualidad indeseable en la misma persona. A lo sumo, si descubren algo que no les agrade, creen o quieren creer que "no es tan importante", que "lo malo acabará por desaparecer", que "el bien vencerá al mal", que "nadie es perfecto", etc.
Lamentablemente, tal actitud no suele ajustarse en nada a los hechos: Todo Maltratador es capaz de mantener una fachada completamente inocente e inofensiva, sea durante unos pocos minutos, sea durante una apasionada noche de verano, sea durante largos años de relación aparentemente feliz y satisfactoria.
Una actitud alarmista o paranoide tampoco es recomendable, pero tampoco lo que aquí trata de advertirse es en evitar toda excesiva ingenuidad. Jamás debe darse por sentada la inocencia de una persona en base a su aspecto Físico o a unos pocos rasgos de su comportamiento. Conocer a las personas no es nada fácil. No debe prejuzgarse a una persona, ni siquiera positivamente, por más que sea ésta una práctica socialmente aceptada. Hacerse una idea demasiado perfecta, ideal o positiva de una persona puede llegar a traer muy graves consecuencias, especialmente si ello se hace de una manera apresurada e insustancial.
Por otra parte, el Maltratador también puede llegar a mostrar algún defecto, carencia, etc. que le permita no levantar sospechas, pero toda posible Víctima debe tener en cuenta que siempre lo hará de manera secundaria, sin menoscabar las virtudes que artificialmente exhibe. El Maltratador dejará entrever que no es perfecto, sólo para que la Víctima no sospeche, para no parecer "demasiado bueno para ser real".
Al principio,
todo Maltratador manifestará
las virtudes personalmente más atractivas
para la Víctima,
así como los defectos convenientemente más secundarios
para la misma.
Por supuesto, algunos Maltratadores -muy pocos- pueden llegar a mostrarse claramente desagradables, facilitando entonces su identificación como tales, pero también aquí puede caerse en un grave y erróneo enjuiciamiento. Cada persona debe conocerse con una mínima profundidad antes de considerarse seriamente si es o no merecedora de confianza.
Sólo en el caso de los Hijos Maltratados, la oportunidad de realizar tal consideración resulta imposible durante sus primeros años de vida, dado que su percepción de la realidad (y de aquello que está bien y está mal) ha sido altamente condicionada por el Maltratador desde su nacimiento. Será al conocer otras realidades en el transcurso de su crecimiento cuando finalmente podrá contar con la probabilidad de hallar un significado diferente a la seducción paterna y/o materna que ha facilitado el Maltrato, hallándose así capacitado para realizar los cuestionamientos necesarios y tomar las decisiones pertinentes.
En definitiva, toda persona debería saber que la Fase de Seducción es común a todas las situaciones de Maltrato, para así estar alerta ante un posible Maltratador.
Toda posible Víctima debería, ante su posible Maltratador:
Desconfiar Un Poco
Preguntarse Cómo Es Realmente
Valorar Cómo Es Realmente Como Persona
Indagar Más En Su Vida
No Idealizarle
No Exculparle Reiteradamente
No Autoengañarse
Hacerse Preguntas
Hacerle Preguntas
Conocer Otras Opiniones
Conocer Otras Realidades
Hacerse Replanteamientos
Hacer Algunas Reconsideraciones
Conocerle Lo Más y Mejor Posible
Conocerse A Uno Mismo Lo Más y Mejor Posible
Ser Uno Mismo, Pero Con Reparos
Leer Libros Sobre Relaciones Humanas
Usar la Cabeza, y Aparcar Un Poco El Corazón
Fase de Inicio del Maltrato Psíquico
Una vez el Maltratador considere que ha conseguido el suficiente poder, iniciará el Maltrato Psíquico, siempre sin ninguna motivación verdaderamente atribuible a la Víctima. Cualquier hecho, conducta o circunstancia será justificable en la mente del Maltratador para iniciar su agresión o violencia.
Durante el Maltrato Psíquico, la Seducción resultará menos intensa, pero no menos necesaria, a fin de mantener a la Víctima a disposición del Maltratador. Cuando la toma de poder favorable al Maltratador finalmente se acaba haciendo efectiva, ambas partes de la relación pasarán a la Fase de Maltrato Psíquico. Sólo cuando la toma de poder resulte inmediata o previa a la relación (ej. a través de un cargo superior en el trabajo; en los casos de hijos maltratados; etc.), no habrá necesidad de una seducción preliminar.
Una vez iniciado el Maltrato Psíquico, parte de la seducción de la etapa anterior se mantendrá, pero sólo a fines de conseguir que la Víctima no sospeche que está siendo utilizada como Víctima y así pudiera llegar a resistirse o, incluso, a escapar. Así, entonces, la seducción durante la Fase de Maltrato logra no sólo retener físicamente a la Víctima, sino, especialmente, retenerla psíquicamente: atraparla psicológicamente, manipularla, apoderarse de su voluntad, hacer que la misma no tome conciencia de que está siendo Víctima, que no tome conciencia del verdadero abuso que está padeciendo, de la violencia directa o indirecta a que se le está sometiendo, de las manipulaciones con que se le está engañando.
En la Fase de Inicio del Maltrato Psíquico, el Maltratador tratará por todos los medios de que la Víctima no tome conciencia del mismo, a fin de evitar al máximo posible que ésta se resista. Intentará que la Víctima no se dé cuenta ni siquiera de su propio sufrimiento, por más evidente y patente que éste le resulte por momentos a la misma.
Todo ello lo hará a través de falsas justificaciones, engaños, argumentaciones y cualquier tipo de manipulaciones, como ya se ha dicho más arriba, con una doble finalidad:
- Convencer a la Víctima de que su comportamiento (el del Maltratador) es correcto o aceptable para que, por lo tanto, la misma permita su continuidad.
- Generar en la Víctima: ( 1 ) Un Sentimiento Positivo que anule cualquier pensamiento o acción racional contrario a los propósitos del Maltratador (ej. confianza, enamoramiento, idealización, simpatía, etc.). ( 2 ) Un Sentimiento Negativo (de Miedo y Culpa) que también anule cualquier pensamiento o acción racional contrario a los propósitos del Maltratador, que logre (a) desviar la atención acerca de la responsabilidad o autoría del Maltrato sobre la propia Víctima, y que logre (b) que ésta, una vez más, sufra.
Es decir, con la doble finalidad de manipular la razón y el corazón de la Víctima.
Algunas argumentaciones y falsas justificaciones también serán utilizadas por el Maltratador con la misma intención, pero dirigidas hacia sí mismo, a modo de auto-afirmaciones o pensamientos justificatorios. Es decir, que el Maltratador también intentará convencerse a sí mismo, en su interior, acerca de la idoneidad de su conducta. Intentará creer y sentir que el Maltrato que ejerce es completamente correcto y justificado, o, como mínimo, necesario ("Sé que no te gusta, y a mi tampoco, pero lo hago por tu bien. Algún día me lo agradecerás").
Muy a menudo existen períodos de tiempo en que el Maltratador actúa como si nada hubiera pasado, e, incluso, en que parece haber cambiado definitivamente. Tal comportamiento siempre le proporciona a la Víctima:
- la falsa esperanza de que el Maltratador cambiará (y, por lo tanto, de que no volverá a haber Maltrato).
- la falsa creencia de que realmente no hay ni ha habido Maltrato, o que, en todo caso, si lo ha habido, el Maltratador ha cambiado para siempre (y, por lo tanto, de que no volverá a haber Maltrato).
Debe tenerse seriamente en cuenta que el Maltratador a tiempo completo no existe, y que los períodos en que se comporta de manera inofensiva carecen por completo de importancia. Todo Maltratador tiene momentos de lucidez, de tranquilidad, de normalidad, en que aparentará ser otro, ser inofensivo. Por otra parte, muchos de esos momentos suelen ser convenientemente escogidos por él mismo, como parte de su estrategia general de manipulación. Ninguna persona debe por consiguiente confiarse frente a tales apariencias. Sólo bajo un cuidado análisis del contexto en que se producen, así como de las posibles motivaciones que lo impulsan, puede llegar a concluirse (normalmente, con reparos) una real o verdadera Remisión Total del Maltrato Psíquico.
Fase de Consecuencias
La situación de Maltrato Psíquico acaba acarreando para la Víctima no sólo un enorme y prolongado sufrimiento, sino que además acaba afectando otras áreas de la vida más allá de lo meramente psíquico (lo cual ya es muchísimo decir). Progresivamente -y a veces de inmediato- se produce un deterioro generalizado de todos los aspectos vitales de la Víctima, tales como:
La Salud Psíquica y Física
El Trabajo
Las Amistades
La Pareja
El Dinero
Las Relaciones Familiares
Las Aficiones Personales
Los Proyectos Personales
Las Ganas de Seguir Viviendo
La salud comprendida psíquicamente se afecta debido al elevado nivel de tensión y estrés generado por los ataques del Maltratador, disminuyendo las capacidades psíquicas de la persona, tales como:
La Inteligencia
La Memoria
La Concentración
La Voluntad
El Control de los Impulsos (Ej. La Paciencia)
La Sexualidad
La Tolerancia a la Frustración
La Capacidad Para Tomar Decisiones Satisfactorias
y Para Disfrutar de la Vida
La enorme tensión y estrés acumulados acaban trasladándose al resto del cuerpo, aumentando a corto o a largo plazo la probabilidad de contraer graves trastornos de la salud física, tales como:
Estrés Crónico
Úlceras Estomacales
Insomnio Grave (entre otros Trastornos del Sueño)
Fatiga Crónica
Migrañas
Trastornos Cardíacos
Trastornos Sexuales
Cáncer
Secuelas debidas a Intento/s de Suicidio
Secuelas debidas a la Propensión a Autoprovocarse Accidentes Graves (de manera Inconsciente)
Por supuesto, las consecuencias indeseables del Maltrato Psíquico para el Maltratador normalmente son inexistentes, ya que éste controla la situación logrando que toda la tensión y el estrés recaigan sobre la Víctima. Debido a ello, muchos Maltratadores presentan un llamativo estado de salud, relajación y ausencia de estrés, pero también podrá hallarse a otros con una visible carga de tensión, furia, odio, frustración, etc. formando parte más o menos habitual de su carácter, con las correspondientes repercusiones en su salud (después de todo, todo Maltratador es Víctima de sí mismo).
Por otra parte, como ya se ha mencionado en otro apartado, del Maltrato Psíquico en sí no tiene por qué surgir el Maltrato Físico, pero siempre debe tenerse bien claro que existe un elevado riesgo a que el segundo se sume al primero en aquellos casos donde éste sea más intenso y más reiterado, y, especialmente, en aquellos casos donde tal conducta resulte menos reprobable social y/o legalmente.
Sólo en contados casos de Maltratato Psíquico, el justificado odio que el Maltratador llega a infundar sobre la Víctima puede acabar en la desgracia de un homicidio, pero en la casi totalidad de estos contados casos es el Maltratador quien acaba incurriendo en éste. Ello sucederá con mucha mayor probabilidad cuando simultáneamente exista un Maltrato Físico.
Fase de Búsqueda de Ayuda
Si ya el tomar la decisión de pedir o solicitar ayuda suele resultar extremadamente difícil, lo es mucho más el encontrarla. La búsqueda de ayuda suele iniciarse sólo por parte de la Víctima, o en algunos casos -muy pocos- por parte de algún allegado que ha sido testigo del Maltrato o que -inusualmente- llega a creer en la misma.
Asimismo, la búsqueda de ayuda es solicitada cuando la Víctima siente que ya ha llegado al límite de sus fuerzas o que ya ha sobrepasado el límite de las mismas, tras sufrir un prolongado deterioro de su salud física y mental. Lamentablemente, en la gran mayoría de los casos de Maltrato Psíquico ninguna Víctima llega jamás a solicitar ayuda antes de sobrepasar ampliamente tales límites.
El intento de buscar ayuda implica una pérdida de poder para el Maltratador, ya que la Víctima ha sido capaz de contradecirle. Por supuesto, de descubrir tal iniciativa, el Maltratador manifestará su resistencia (abiertamente o no) y aumentará considerablemente su Violencia Psíquica, así como aumentará el riesgo de Violencia Física.
Por ello, a fin de proteger su integridad psíquica y física, la Víctima deberá intentar buscar ayuda para sí misma según considere más adecuado: o bien a espaldas del Maltratador, o bien ofreciéndole a éste la explicación que mejor se adapte a su difícil mentalidad. No hay más alternativas: El intentar convencerle de que él la necesita es tan inútil como el intentar hacerle cambiar. La mejor opción para todos, al menos inicialmente (y siempre con precaución), es que la Víctima se ponga a resguardo cuanto antes.
Los Tipos de Ayuda a que la Víctima de Maltrato Psíquico puede recurrir son:
La Ayuda Formal: Ayuda Profesional: Psicológica, Psiquiátrica, Legal, Institucional (Fundaciones y Asociaciones, Policía), etc.
La Ayuda Informal: (a) de Personas: Familiares, Amigos, Vecinos, Conocidos, Compañeros de Escolares, Universitarios o de Trabajo, etc.; (b) a través de Información: Libros, Internet, Medios de Comunicación, etc.
La eficacia y eficiencia de cualquier tipo de ayuda destinada a eliminar el Maltrato Psíquico actualmente resulta muy pobre, pero ello debe atribuirse fundamentalmente a la ignorancia sobre el tema. Bajo ningún concepto la Víctima de Maltrato Psíquico deberá dejar de intentar la consecución de la ayuda que merece como ser humano, por más escasa que ésta sea en la sociedad actual (no en la futura), o de lo contrario se autocondenará a los implacables designios del Maltrato y de su Maltratador.
En cuanto a la ayuda legal, como es sabido, hoy en día todavía resulta muy difícil hallar una ayuda satisfactoria incluso en los casos de Maltrato Físico, así que menos puede esperarse respecto al Maltrato Psíquico. Sólo cuando las pruebas y testimonios que logran llegarse a presentar resultan demasiado evidentes al generalizado excepticismo existente, puede considerarse alguna esperanza de éxito. Los innumerables casos de Mobbing, Violencia Doméstica, Acoso Sexual y Acoso Periodístico que han aparecido en los últimos años, afortunadamente han contribuído a iniciar algunas mejoras legales significativas. Sin duda alguna, muy pronto todo el panorama legal en relación al Maltrato Psíquico manifestará una drástica y contundente evolución.
Fase de Finalización del Maltrato
Una vez la Víctima ha hallado una ayuda mínima suficiente, se encontrará capacitada para dar lugar al inicio de la Finalización del Maltrato Psíquico.
Primeramente, hay que distinguir "Separación" de "Finalización del Maltrato Psíquico": La separación es de carácter físico y la finalización es de carácter psíquico o conductual. Una Separación entre Víctima y Maltratador no tiene por qué incluir la Finalización del Maltrato Psíquico, y la Finalización del mismo no tiene por qué incluir una Separación.
En otras palabras, el proceso de Finalización del Maltrato Psíquico puede iniciarse:
- En convivencia con el Maltratador.
- En ausencia o separación del mismo.
La Víctima que se halle capacitada para escoger cualquiera de las dos opciones, encontrará diversas ventajas y desventajas en cada una, no siendo entonces ninguna opción más conveniente que la otra. La probabilidad de éxito de cualquiera de los caminos escogidos es relativa y dependerá de las variables de cada caso en particular.
Sin embargo, debe tenerse en cuenta que, indefectiblemente, toda verdadera Finalización del Maltrato Psíquico debe incluir un mínimo cambio psíquico de la Víctima, sin el cual el Maltrato se prolongará de manera muy desafortunada. Este cambio no debe ser un "más de lo mismo", sino que debe implicar una actitud realmente diferente en la Víctima. Si ésta persiste en conductas pasivas o en conductas ya realizadas previamente, el Maltrato persistirá y el Maltratador no encontrará ningún motivo nuevo para frenarse (ni, mucho menos, para cambiar).
Asimismo, la Finalización del Maltrato Psíquico consiste precisamente en la ausencia de conductas maltratadoras hacia la Víctima, pero ello no tiene por qué incluir un cambio psíquico parcial o definitivo del Maltratador.
Cuando una Víctima llega a la conclusión de que desea teminar su relación con el Maltratador de manera temporal o de manera definitiva, ya no se trata de intentar "cambiarle" o "convencerle" de nada, ni de intentar "aprender a aceptarle", como sucede durante las Fases de Maltrato y de Búsqueda de Ayuda. La Víctima ha llegado a un límite y dice "basta", pero esta vez sin titubeos, con una mínima convicción imprescindible para dar un verdadero primer paso dirigido no necesariamente a separarse de su Maltratador, sino, fundamentalmente, a Finalizar el Maltrato.
Por primera vez, la Víctima se ha dado cuenta de que él jamás cambiará o, al menos, no por ella. Por supuesto, el Maltratador jamás acepta una separación ni física ni psíquica con respecto a la Víctima, a menos que casualmente encuentre a otra potencial Víctima o que las presiones legales y/o sociales le obliguen a considerar dicha opción como la más favorable para él.
Los intentos de separación y -sobre todo- la separación efectiva implican la mayor pérdida de poder posible para el Maltratador, aumentando como nunca el riesgo de Violencia Psíquica y Física, por lo que la Víctima deberá tomar muy serias medidas para protegerse, sobre todo ante una eventual agresión física.
Como la tensión ya no puede recaer sólo sobre la Víctima -puesto que la misma ya no está o está dejando de estar presente-, el Maltratador ya no tiene a quién generarla, quedándosela de predominantemente para sí mismo. Tal cambio de situación puede resultar completamente insoportable para cualquier Maltratador.
Consecuentemente, durante la Fase de Finalización, la Víctima deberá intentar mantener la mayor serenidad posible a fin de llevarla a término de la manera más rápida y eficaz posible. Por otra parte, hay que considerar que la finalización puede no llegar a suceder nunca, pero que ello depende fundamentalmente de la Víctima. Si ésta no desea realmente una finalización definitiva, la condena a Maltrato perpetuo está asegurada. Éste es el caso de las Víctimas que aceptan su sufrimiento como una condición "normal", "necesaria" o "esperable", debido a normas socioculturales o a una autoimposición derivada de una educación rígida y autoritaria, o de conflictos inconscientes no superados.
Cuando existen Terceros involucrados cuyo bienestar depende de la Víctima (como, por ejemplo, hijos menores de edad), por supuesto que la decisión de enfrentarse a una verdadera finalización se hace mucho más difícil. Muchas Víctimas anteponen la seguridad que otorga soportar el Maltrato, por encima de su propio sufrimiento y del riesgo que implicaría para sus hijos el intentar ponerle un freno eficaz. Sin embargo, tal seguridad es relativa porque quienes rodean a la Víctima también serán en mayor o menor medida Víctimas tanto del Maltratador como del sufrimiento de la misma, con las consecuencias psíquicas y de todo tipo que ello conlleva.
Por otra parte, la existencia de Terceros muchas veces es utilizada por la Víctima como falsa excusa o justificación para seguir tolerando el Maltrato. En este caso, tal engaño y autoengaño implica, o bien una falta de conciencia acerca de toda la situación, o bien una mezquindad moral con respecto a esos Terceros (que tendrán que seguir soportándolo todo) y con respecto a sí misma como persona.
En otros casos, la existencia de Terceros puede llegar a actuar como un potente incentivo o argumento para decidir o ayudar a la Finalización del Maltrato Psíquico, aunque, lamentablemente ello suele ser muy poco frecuente.
Como sea, cuando los medios económicos de la Víctima son realmente insuficientes como para afrontar una finalización (como habitualmente sucede), ésta deberá recurrir como nunca a todos los demás medios y recursos que su entorno familiar, laboral y social puedan ofrecerle, y -si ello fuera posible- a la Justicia.
MaltratoPsiquico.Com se encuentra trabajando para que, lo antes posible, tanto el Maltrato Psíquico como el Maltrato Físico sean considerados un delito grave, y para que la Justicia llegue a disponer de los recursos mínimos necesarios para la identificación y el procesamiento judicial de todo tipo de Maltratador.
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